sábado, 15 de junio de 2013

Está pasando en São Paulo

Imagínate que ganas una mierda de sueldo. Que si te rompes una pierna, tienes que ir tres veces a urgencias para que puedas ser atendido, esperando siempre cerca de 3 horas en la cola. Que hasta los dieciocho años, tienes que pagar 4 mil euros por año para tener educación de calidad. Que no puedas caminar por las calles por la noche por miedo a ser atracado o robado. Que vivas en un sitio donde familias tienen que sobrevivir con 300 euros al mes, mientras en el barrio vecino, 300 euros es lo que se gastan en la comida del perro. Que tardas dos horas en ir de tu casa al trabajo por culpa de la mala red de transportes, que por cierto, es carísima para tu bolsillo.
Sabes que en otros sitios no es así, que la gente efectivamente tiene derechos, no son solo frases escritas en un papel. Pero en el tuyo no. En el tuyo, cada día es una lucha es una lucha por sobrevivir, por poder comer, por seguir adelante. Y cuando tu vives esa guerra diaria para mantenerte a flote, políticos corruptos se llevan a los bolsillos cerca de 36 mil millones de euros por año (esto es, ATENCIÓN: SEIS VECES la corrupción de España EN DIEZ AÑOS).
Entonces, se decreta un aumento de cerca de 5% sobre el precio de todos los billetes de transporte público. Llega un momento en que te cansas, ¿O no?
Sales a protestar por tu derecho al transporte público - cuando la razón por la que no sales a protestar por tu derecho a educación y salud es porque ya estás acostumbrado a no tenerlas -, y pacíficamente te manifiestas, para que te vean.
Y de repente llega la policía, para quitarte también el derecho a la manifestación. Estás cansado de bajar la cabeza y aguantar las hostias que te da el sistema torcido y corrupto en el que vives, y te decides por seguir adelante, sin violencia. SIN VIOLENCIA. Eso es lo que gritan, y lo que pides de todo el corazón que no haya.
Pero las hostias vienen. Huyes, pero te persiguen. Balas de goma, gas lacrimógeno, bombas de efecto moral, spray de pimienta... La gente en los edificios es disparada por grabar, periodistas se llevan palizas y también son disparados. Un caos total, donde la policía golpea al primero, al segundo y al tercero que tiene delante. Detiene a quien quiere, produce daños a los propios coches para inculpar a los manifestantes, te insulta y viola todos los derechos que creías que tenías.
Esperas llegar a casa y que los medios de comunicación estén hablando de los abusos, de lo que pasaste para defender uno, solo UNO dentro de todos los derechos que te roban desde que naces... Y no dicen nada. Ni la televisión, ni los periódicos, ni las páginas web, ni la radio. Incluso hay gente que se queja del tiempo que perdió en llegar a casa por culpa de la manifestación, y te insulta por ser uno de ellos. Y lo peor, lo peor es la gente que dice: "todo esto por 20 céntimos".
No, no es por veinte céntimos. Es por la democracia en que crees que vives. Es por el país que quieres para  tus hijos. Es por los derechos fundamentales que están escritos y no salen del papel. Es por la igualdad de oportunidad, de justicia y de palabra. Es por todas las hostias que llevas cada día, y por las que no quieres llevar ya. Dejó de ser por veinte céntimos cuando vino el primer golpe, cuando la prensa se rió de nosotros, cuando los políticos ya llevan riéndose hace años.

Me imagino que te sumas a la causa, ¿No?

Sino, perdón por las molestias. Perdona si tendrás que llegar tarde donde quieras llegar, perdona si hacemos ruido, o te llenamos las redes sociales con mensajes de una indignación que no compartes. "Perdón por las molestias. Estamos cambiando el país"


Fuente: http://www.melhorquebacon.com/24-momentos-protesto-sao-paulo/